Dormí sin ellas, así evitas roturas y otros daños.
Dejalas sobre un cuenco o despojador de selenita para que descarguen toda la energía densa que absorbieron durante el día.
No las uses mientras te duchas, los productos como jabones pueden mancharlas o perjudicarlas.
Ponete el perfume o las cremas antes que tus cristales.
Los productos químicos pueden dañar tanto a las piedras como
a los metales que las acompañan.
Guardalos en alhajeros o en estuches individuales para que estén
al reparo del polvo y del roce entre ellos.
Clau
